Cuando se llega a Toledo y se trata de comprender el misterio de Toledo, cuando se ofrece ante nosotros esta especie de gran encrucijada y gran incógnita que Toledo es, la única manera posible de acercarse a él es acercarse tras de su luz. No es nada complicado, porque Toledo tiene una magia y la magia es y fue siempre luminosa.(...)
Por eso sin entender la luz de Toledo no se puede entender a Toledo; esto no significa que se le pueda entender entendiendo esta luz, pero sí que se le puede adivinar por el mejor camino que esta ciudad ofrece a los que llegamos a ella, siempre como peregrinos, y nos quedamos en ella ancaldos como viejos marineros en el anciano puerto de su seducción y encanto. ¿De dónde viene esta luz? ¿Por qué tiene esta luz? ¿Por qué Toledo se enciende en una serie de colores maravillosos, de tonos de bermellones, de suaves de malvas, de azules, de verdes, y por qué, de repente, se aplaca y se apaga, y por qué se queda dormida como un centinela que soñara en lo alto de su roca?
Manuel Pombo Angulo. Luz de Toledo. Artículo en el Programa del Corpus (1961)
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