No puede ser contado



Después de la catedral, que no podría describir en todo un volumen, está San Juan de los Reyes, ese jardín de piedra; está el Alcázar, montaña ahuecada para elevar otra montaña sobre ella; están las mezquitas, las sinagogas, los palacios, las mismas casas de la ciudad, recargadas de preciosidades artísticas, recuerdo de tantas generaciones poderosas… Debo concluir: debo renunciar a dar una idea de qué he sentido y pensado en Toledo: debo aconsejar nuevamente a todo el que me lea, que vaya, que mire y comprenda que Toledo no puede ser descrito ni contado.



Pedro Antonio de Alarcón. “Toledo” (Artículo en El Museo Universal). 30 de junio de 1858













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