Los viajeros sienten algo de decepción en Toledo. La falta es de algunas descripciones líricas que leen antes de visitarlo. Nunca se debe visitar una ciudad, lo mismo que a una persona, con una idea formada. Para sentir y amar una ciudad hay que descubrirla por uno mismo. Y una cosa más: no deben tener prisa, y los viajeros suelen estar apresurados (...)
Se van seguros de que han visto Toledo y de que Toledo existe, dentro de sus murallas, como un antiguo manuscrito encuadernado delicadamente pero con las páginas borradas y rajadas.
Pero una ciudad que encierra entre sus murallas el alma de tantos siglos y que fue sucesivamente, pero siempre con la misma majestad, gótica, árabe y hebrea y cristiana, se merece algo más que una ojeada rápida. Su interés principal no está tanto en sus mismos monumentos como en la atmósfera que se desprende. Y para sentir esta atmósfera hay que quedarse, y deambular.
Kostas Uranis. España. Sol y sombra (1931)
Se van seguros de que han visto Toledo y de que Toledo existe, dentro de sus murallas, como un antiguo manuscrito encuadernado delicadamente pero con las páginas borradas y rajadas.
Pero una ciudad que encierra entre sus murallas el alma de tantos siglos y que fue sucesivamente, pero siempre con la misma majestad, gótica, árabe y hebrea y cristiana, se merece algo más que una ojeada rápida. Su interés principal no está tanto en sus mismos monumentos como en la atmósfera que se desprende. Y para sentir esta atmósfera hay que quedarse, y deambular.
Kostas Uranis. España. Sol y sombra (1931)
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