Ceniza el cielo

Grito en la torre audaz. Alto grito de almuédano.
Así Toledo cuando la tarde se inflamaba.
Luego siguió un silencio lloroso de campanas.
Huesos el caserío. Triste ceniza el cielo.
Laderas que parecen hechas para tormento.
Baja el amigo infiel, baja la desposada.
Él la besa al ceñirla y al besarla temblaba.
Tiembla de amor y tiembla de otro más hondo miedo.
"¡Ah ciudad de hechiceras! ¡Ah, corte de los magos!
Tú", le dice el amante, "tú nos has embrujado"
Llegan a ras del río. Blanco de muerte el labio, 
ella exclama "¡Señor, ya nuestro fin se acerca.
No nos perdones, no, si dos almas en pena
juntar en una sola para siempre quisieras!"

Enrique Larreta. Atardecer en Toledo (1939)

 





 

 

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