Secreta emoción


El sello que imprimieron los moros a la que fue su Toleitola, subsiste vivo y vigoroso hasta el presente. Él se encuentra por doquier y se reproduce incesantemente en sus angostas y retorcidas calles, en la irregularidad y desnivel de sus plazas; en la riquísima ornamentación que derrochaban en sus construcciones y sus monumentos; en sus rejas que evocan el alma de un pasado; en sus espaciosos patios de piedra llenos de majestad en sus arcadas e inundados por el sol y la vida; en sus curiosos arabescos multicolores siempre admirados por la arquitectura de todas las edades.
La pátina del tiempo ha dado una fisonomía y hasta una expresión a esa creación material que invita a intensas vibraciones espirituales.
Esta secreta emoción es la que proporciona la legendaria ciudad a través de su dilatada y romántica existencia.

Aquiles Vergara. Banderillas y panderetas (1921)












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