Poética y monumental fisonomía

Torres almenadas y aportillados muros; cuestas que se cruzan en rápido declive; torreones incrustados en las peñas; cimientos de fábricas romanas, godas y sarracenas; airosas cúpulas y extraños campanarios sembrados por la pendiente; azoteas y miradores, y allá, en la cúspide, el Alcázar, dominándolo todo y como aplastándolo todo con su cuadrada estructura: ninguna población supera, ni tal vez iguala, a Toledo, en poética y monumental fisonomía. Es tal la riqueza y variedad de sus arquitecturas y tan poderoso el encanto con que obra en los sentidos su pintoresco conjunto, que los goces del artista apenas dejan lugar a las meditaciones del historiador ni al análisis del anticuario.

José Dalmáu Carles. España, mi patria (1928)



 







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