Equilibrio inverosímil

Ciudad sin calle precisa, que parece una frágil victoria sobre la piedra y la tierra; ciudad que trepa y que se derrumba, formando revueltas siempre iguales.
Si algún secreto hay en Toledo que el Greco haya trasladado al plano de la plástica, es el de la comunión de las formas humanas y la naturaleza, secreto de una reversibilidad natural y sobrenatural.
Los mismos borriquillos que mordisquean los brotes en la roca, no se destacan de su fondo, y la ciudad sobre sus declives desmoronados, en lo alto de su árido cantil, no es más que un equilibrio inverosímil.
Todo es cielo, roca, polvo; trasunto de un África cristiana.
Todas las distancias parecen infinitas. A cada paso se abre un abismo. Lo más remoto parecer estar al alcance de la voz. 

Rene Schwob. Profundidades de España (1929)







  






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