La calidad de la tierra donde la ciudad de Toledo es asentada, es la más próspera que hay en el mundo, porque suelo y cielo no le alcanza mejor alguna región, el suelo enjuto, sano, duro de un peñasco y roca guarnecido, dificilísimo en ser minado, tanto que se hallen en él muy pocas fuentes, y esas son profundas y salobres, cual son los tres pozos amargos, San Salvador y Barrio Nuevo. Pero hay por artificio humano, muchas cisternas de agua de las lluvias, que por ser también tejadas las casas y los patios ladrillados es limpísima, y no hay casa de patio sin un pozo y cisterna que recoja la dicha agua, y hay muy pocas casas sin algibes muy capaces, que en tiempos saludables son henchidos del agua del Tajo, los cuales en verano, por ser profundos sobre piedra, son frigidísimos.
Luis Hurtado de Toledo. Memorial de algunas cosas notables que tiene la Imperial Ciudad de Toledo (1576)
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