Los colores en El Greco y los colores en la flora silvestre; el amarillo delicadísimo del jaramago, el rojo encendido de la amapola, el azul intenso del cardo. Desde lo alto de un antiguo cigarral, convertido en hotel, he contemplado enfrente Toledo una tarde de abril. Veía, primero, el pardo hacinamiento de las edificaciones, y abajo, en el llano, el verde claro de los frutales entremezclados a los cinereos olivos. He leído en un libro de mineralogía española que en tierras de Toledo se encuentra "espato adamantino". Raya el cristal. ¡Cuántas sensibilidades son rayadas en el mundo, como este espato el cristal, por el genio de una santa, el genio de un pintor!
Azorín. Illescas, Toledo. Artículo en ABC (19 julio 1957)
No hay comentarios:
Publicar un comentario