Al blando son de la armoniosa lira
oigo la voz de alegres trovadores,
el auro siento que fragancia respira,
y al eco escucho murmurando amores;
al sol contemplo que a occidente gira
reverberando fúlgidos colores,
do la corte del godo poderío
se alza orgullosa sobre el áure río.
Toledo, que de mágicos jardines
cercada eleva su muralla altiva
no guardada de fuertes paladines,
ornada sí de juventud festiva:
Allí entregado a espléndidos festines
Rodrigo alegre y descuidado liba
copas de néctar de fragancia pura
al deleite brindando y la hermosura.
José de Espronceda. El Pelayo (1839)
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