Pesa el cielo cual plomo,
de este mudo Toledo
sobre el pecho vencido
que palpita en silencio.
Pesa el tiempo y la lluvia
sobre el ceño en tormenta
de la vida cansada
de aguantar contratiempos.
Un clamor de campanas
desgañita conventos
y en la paz dolorida
suena un ritmo de lentos
angustiados decires
con tonada en lamento.
Canta el llanto del agua
cual resol de mil fuentes
y el incendio terrible
de los cielos de fuego
desgañita en las calles
griteríos histéricos,
un misterio de mundos
rozagantes y regios
la vencida grandeza
de magníficos tiempos.
Ya es ceniza la carne
y el granito esqueleto.
Pesa el sol, como plomo,
sobre el muerto Toledo.
Agustín Esclasans. 15 días en Toledo (1945)
de este mudo Toledo
sobre el pecho vencido
que palpita en silencio.
Pesa el tiempo y la lluvia
sobre el ceño en tormenta
de la vida cansada
de aguantar contratiempos.
Un clamor de campanas
desgañita conventos
y en la paz dolorida
suena un ritmo de lentos
angustiados decires
con tonada en lamento.
Canta el llanto del agua
cual resol de mil fuentes
y el incendio terrible
de los cielos de fuego
desgañita en las calles
griteríos histéricos,
un misterio de mundos
rozagantes y regios
la vencida grandeza
de magníficos tiempos.
Ya es ceniza la carne
y el granito esqueleto.
Pesa el sol, como plomo,
sobre el muerto Toledo.
Agustín Esclasans. 15 días en Toledo (1945)
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