Es Toledo una ciudad que tiene un castillo, y que está
situada en un collado que rodea un llano y por su importancia es quizá la
segunda ciudad de Castilla; hay en ella un hermosísimo templo en que se guardan
muchas reliquias de santos, y es fama que cuando los infieles conquistaron esta
ciudad perdonaron o respetaron el templo por su elegancia y belleza; pero la
ciudad fue conquistada de los infieles cuando Ildefonso era arzobispo de su
iglesia. En otro tiempo, cuando el divino Ildefonso iba a celebrar la fiesta de
la Natividad de Cristo, se le apareció la Virgen y le ofreció una casulla para
que él solo y no otro dijese misa con ella.
Jorge de Einghen Manuscrito
(1457)
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