Nueva ciudad del sol

Coronada del Sol, de luz vestida,
bañada en oro el pie que el Tajo besa,
forme tu imagen en su curso impresa
la tabla de safir, del mundo vida.

Contigo el cielo su virtud divida,
haga por ti su celestial empresa,
eterno el Sol, y donde todo cesa,
el tiempo volador tu edad no mida.

Nueva ciudad del Sol, alma de España,
a cuyo nido en pedernal labrado
la paloma bajó de la paz dueño.

Admire el mundo en ti tan alta hazaña,
pues como el hombre fue mundo abriado,
eres, Toledo, en el cielo pequeño. 


Baltasar Elisio de Medinilla (1585-1620) Soneto a la Imperial Ciudad de Toledo

 




 




Espejos del Tajo

Sus torres levantadas en espejos
del Tajo cristalino pueden verlas,
moviéndose en los líquidos reflejos,
sediento del rocío, y  de las perlas,
con que a Toledo de favores baña,
se sube al monte, por mejor cogerlas. 


Es de imperio en toda España
esta ciudad, y ansí tomó la mano
a celebrar de Dios la nueva hazaña. 


Siempre acudió el concurso toledano
con grande fe a cantar del blanco trigo
el misterio escondido y soberano.


Martín Chacón. Introducción a la justa poética celebrada el 25 de junio de 1608 en la parroquia de San Nicolás. 











Manantial de inspiración

Y si la Toledo monumental ofrece tan notables y maravillosas atracciones al viajero, por la majestad y el sello español y típico de sus fábricas de distinto origen, no es menor el encanto que produce la disposición urbana en el agrio recinto que ocupa, formando solitarias plazoletas, rincones o cobertizos silenciosos y misteriosas, estrechas y pendientes callejuelas de carácter morisco, que fueron siempre (sobre todo de noche e iluminadas por el amortiguado fulgor de la luna) fecundo manantial de inspiraciòn al poeta y de románticos sentimientos a los soñadores amantes de todo lo quimérico y fantástico.

(Manuel González Simancas. Artículo en "El Castellano".1928)

Pompa de la escultura

Esta, que admiras, fábrica, esta prima
pompa de la escultura, oh caminante,
en pórfidos rebeldes al diamante,
en metales mordidos de la lima,

tierra sella que tierra nunca oprima;
si ignoras cúya, el pie enfrena ignorante,
y esa inscripción consulta, que elegante
informa bronces, mármoles anima.

Generosa piedad urnas hoy bellas
con majestad vincula, con decoro,
a las heroicas ya cenizas santas

de los que, a un campo de oro cinco estrellas
dejando azules, con mejores plantas,
en campo azul estrellas pisan de oro.

Luis de Góngora. De la capilla de Nuestra Señora del Sagrario, de la Santa Iglesia de Toledo, entierro del Cardenal Sandoval (1616)