Reliquia oriental


La reliquia de alma oriental que persisite en Toledo es lo más singular del venerable caserío. Siempre he protestado de que a Toledo se le considere como a una ciudad castellana, porque es una ciudad oriental, avanzada del oeste, que aspira a llegar al Atlántico misterioso, meta de todos los grandes sueños de entonces, y que sobre las rocas del Tajo se tendió a descansar; y allí quedó para siempre, petrificada en esa vida de arrabal de Oriente que constituye su encanto mayor.

(Gregorio Marañón. El Greco y Toledo. 1956)

San Ildefonso

La leyenda de la casulla es una de las más populares de Toledo. San Ildefonso, arzobispo de esta ciudad en el siglo XVI, había escrito una obra en alabanza de la virginidad de la Madre de Dios. La Virgen, queriendo mostrar su contento a Ildefonso, descendió del cielo una mañana y asistió a la misa, sentada en la silla del arzobispo. Esta silla, desde entonces, no ha vuelto a ser ocupada. Se asegura incluso que tan pronto como un profano osa sentarse en ella es expulsado inmediatamente por los ángeles. La Virgen, al poner sobre los hombros del santo arzobispo la casulla que únicamente él debía vestir, se la dio como procedente de los tesoros de su Hijo.
Vimos también en la capilla del santo patrono de Toledo la losa rodeada de mármol rojo sobre la que la reina del cielo puso sus pies (…) Una reja protege a la piedra santa. Pero se ha dejado un espacio bastante grande para que los fieles puedan tocarla con la punta del dedo, que después llevan piadosamente a los labios.

(Charles Davillier. Viaje por España. 1874)



 

Noche bella




Ni preguntes cómo entramos
ni cómo estabas acá
sino pues que el tiempo ya
nos junta, no le perdamos.
Venturosa suerte mía
y mi venida a Toledo,
o noche llamarte puedo
pues gozo el sol, claro día.
Noche bella toledana
las noches áticas digo,
muchas veces os bendigo
pues sois la hermosa Diana.

Lope de Vega. "La noche toledana" (1612)