Arquitectura de baraja

El Ventanillo se abre, sobre un remolino de tejados, frente a los montes de Toledo. Al fondo, la Ermita de la Virgen del Valle, de rosa pálido entre las sombras azules de las rocas, el verde nuevo de la primavera y el pasto desteñido al sol. La Ermita deja caer una vereda en zig-zag. La curva del Tajo se adivina allá donde la cascada de casucas se hunde hasta confluir con los pies del monte y sobresalen unos árboles altos. A veces, desde la Ermita escapa un repiqueteo loco que viene como a desflecarse en las rejas del Ventanillo.
Una arquitectura de baraja sirve al Ventanillo de pedestal: los tejados se encaraman unos sobre otros como barcos apiñados por la resaca, dejando apenas escurrir, por las hendiduras, tortuosos hilillos de calles. Los montes, al frente, llenan el horizonte hasta medio cielo, y acogen y multiplican los ruidos de la ciudad.

Alfonso Reyes. En el Ventanillo de Toledo (1930)











Libres del tiempo

Dédalo de frías callejas, con muros encalados y patios sonoros. Aquí y allá, un convento cerrado, una antigua capilla sin culto, una imagen de la Virgen en nicho con lucecita, un Cristo, un viejo palacio cuya piedra se deshace, un balcón cincelado y, en él, mujeres asomadas... Gracias a Dios, no existe ahora nada extraño por estas calles toledanas: libres del tiempo, prendidos por el gozo, el deleite es perfecto (...)
Descúbrese Toledo sobre su trágico peñasco, cuyos flancos se desploman en el agua del río. El sol los golpea con dureza, arrancando limpios destellos de acero. Toda esta masa rota, contraída, atormentada, aparece dominada por el alcázar. Y, en el centro, la catedral, con su peso macizo, imprime a la cima una presión de hundimiento.

Francis Carco. Printemps d'Espagne (1929)






 






Escuela y ciudad de gloria tanta


Trono real de los antiguos Godos, 
de sus famosos Reyes sepultura, 
ciudad en quien el arte y la natura 
descubrieron sus artes y sus modos. 
Madre y Primada destos reinos todos, 
escuela del lenguaje y compostura, 
corte Real que dio entrada segura 
a Alanos, Anglos, Suevos y Ostrogodos. 
Teatro de concilios, ilustrado 
con la presencia de la Virgen Santa 
madre y reina del cielo y del profundo. 
Toledo esta sois vos, trono. Primado, 
corte, escuela y ciudad de gloria tanta, 
que en vos está cifrado todo el mundo.

Baltasar Porreño. Historia de los arzobispos de Toledo (1604)