Espadas

Una auténtica hoja de espada antigua de Toledo se vende, incluso en España. por seis o siete guineas, y sólo puede adquirirse por casualidad. He visto dagas hechas aquí que cortarían una moneda de una corona. Todas las hojas de espada fabricadas para los soldados llevan grabado por un lado el nombre del rey y por el otro algún emblema. Observé que en muchas de ellas ponía: "No me saques sin razón, no me envaines sin honor".

Richard Twiss. Viaje por España. 1773











Ciudad Imperial

Es mucho de loar la gran lealtad que mucho tiempo tuvo con los Romanos que en ella moraron, y después con los Godos y los Reyes sus sucesores, con los cuales fue ensalzada con título de Civitas Regia, y Real Ciudad y cabeza de las Españas; el cual título fue después acrecentado por los Reyes Cristianos, llamándola Ciudad Imperial, donde los Emperadores eran coronados, por los cuales fue muy libertada y privilegiada.

Francisco de Pisa. Descripción de la Imperial Ciudad de Toledo. 1605

Surtidor de granito

Una severidad inflexible lo domina todo. Las calles de Toledo son venas de piedra hondamente arraigada, y el Alcázar es la piedra más alta sobre el enjambre poético de la ciudad. Aparece sobre la montaña como un pico rectangular pulido por el sol. En la cumbre se perfila la catedral. Torreones y torres, frontones empenachados, arbotantes y tejados de capillas se aprietan hacia arriba empujados por la ola de Toledo, y sobre ella se encrespan como la espuma. Todos los agudos recodos de las calles, y aun las mismas líneas enhiestas del Alcázar, convergen y ascienden en este surtidor de granito que acaba en la catedral, sobre la cual está el cielo: vana respuesta, vacía de Dios, a toda esta explosión de heladas aspiraciones.

Waldo Frank. España virgen. 1926










Calles (IV)

Cada calle conserva algún signo que recuerda a los habitantes lo que la ciudad ha sido. Creerían ver varios millares de columnas rotas, sobre las cuales estarían hondamente grabadas estas palabras: "Sic transit".

Jose Townsend. Viaje por España en la época de Carlos III. 1786-87


La campana gorda

En todo Toledo no hay campana tan grande y extraordinaria como la de la catedral. Dicen que debajo de ella se pueden poner cinco zapateros, y estirar un hilo de coser zapatos, sin tocarse el uno al otro.Cuenta la leyenda que el sonido de las capanas llegó al cielo; San Pedro creyó que venía de su iglesia de Roma, pero cuando vio que no era ese el caso, sino que en Toledo estaba la campana más grande de todas, se enfadó y arrojó una de sus llaves contra la campana, rajándola, como puede verse todavía. Si yo fuese San Pedro y estuviese del humor que estoy ahora, mejor le tiraría la llave a la cabeza de aquel que yo viese que iba a contar por primera vez semejante historia.

Hans Christian Andersen. Viaje por España. (1862)











Premonición

De desear fuera que las investigaciones arqueológicas no se limitaran exclusivamente al recinto de la histórica ciudad. ¡Quién sabe si un glorioso pasado duerme fuera de sus murallas el sueño de los siglos! ¡Quién no nos dice que en los movedizos terrenos de la Vega no se halla su basamento histórico, más sólido aún que el peñón granítico sobre que se asienta la ciudad...!

Ismael del Pan. Boletín de la Real Academia de la Historia. Mayo, I920